“Estos dos procesos: 21 días de gratitud y 21 días de abundancia, me abrieron un espacio para reencontrarme conmigo misma, no me había dado cuenta q las rutinas y las bendiciones que llegaron a mi vida me habían absorbido en forma de demandas. Este proceso me permitió reencontrarme, volver a soñar, hacer mis propios planes, y lo más importante sentirme merecedora y sin culpas de abrir espacios para seguir mis propios sueños”